sábado, 18 de enero de 2014

He vuelto.

Pues eso, he vuelto, he vuelto a drogarme, he vuelto a la droga o la droga ha vuelto a mi, no tengo muy claro exactamente quien ha vuelto a quien y quien ha echado más de menos a quien y quien necesitaba más a quien. He vuelto a drogarme de manera ilegal quiero decir, de manera legal llevo haciéndolo demasiado tiempo, y es de lo más curioso, cómodo y económico, ponerte hasta el culo, hasta las putas cejas de pastillas, (Prozac, Cipramil, Diazepam, Besitrán en mi caso), no está en absoluto mal visto, quiero decir, cuando alguien de tu entorno lo ve no digo que lo celebre (depende del caso) pero le parece bien o cuanto menos no le parece mal, "si te las mandan seguro que es por tú bien y te ayudan mucho", nadie se escandaliza ni te dice que tengas cuidado con lo que haces, que acabarás chutándote hasta en las putas venas de los pies o tirada en una cuneta o mierdas por el estilo, como es por "tu bien" y lo llevas en una receta todo está guay, no hay escándalos, sermones ni advertencias.
Y luego está la comodidad, sólo hay que bajar a la farmacia del barrio y la señora que te miraba mal cuando te veía fumar con 14 años te vende una cantidad ingente de pastillas con la mejor de sus sonrisas. Ahora sólo queda tomarlas con mesura y de manera responsable y equilibrada, pero si me las manda el puto psiquiatra ¿cómo coño voy a ser equilibrada o responsable? Sólo queda esperar el derrumbamiento, que llegará, para mandar el equilibrio a la mierda y pasárselo por lo que viene siendo la raja.

Pero eso ya es pasado, es simplemente una de las múltiples divagaciones de mi cerebro enfermo.
Hace más de un mes, en realidad creo que ya son casi 2 que no voy a la consulta ni veo a ese señor empeñado en cegarme hasta el extremo, ni ganas, no por el ni sus excitantes recetas, si no por otra demente (como yo) que en aquella consulta habita a la cual no tengo la menor intención de volver a ver.
No volver a esa consulta tiene algunas consecuencias, algunas buenas otras malas y otras simplemente consecuencias. Una de ellas es que evidentemente esas recetas no son eternas y no durarían para siempre, y menos al ritmo que desaparecieron las pastillas al cambiar de ciudad... Y es aquí donde entran en escena las drogas ilegales.
Tras una semana limpia de todo tipo de sustancia legal e ilegal algo había que hacer, si hasta ahora puesta hasta el puto culo la visión de mis días era insoportable seguir así, seguir sin nada, "limpia" se vuelve completamente inviable, literalmente imposible, y aquí nace el mayor de mis conflictos, la promesa que me hice a mi misma tiempo atrás sobre la cocaína y mi persona. Y a estas alturas de la película creo que una de las pocas cosas que aún me importan mínimamente es eso, las promesas conmigo misma, pero a pesar de eso mi integridad conmigo misma a estas alturas tiene menos trascendencia que mi propia supervivencia. Y de eso se trababa, sobrevivir o dejarse al total abandono de una misma y no volver.
 He vuelto, y el asco que me produzco a mi misma en estos momentos es indescriptible.
No tengo la más remota idea de hacia donde me dirijo en estos momentos, no sé ni siquiera si realmente me dirijo hacia algún lugar o si esto es todo, si ya no hay nada mejor, si es el principio del fin, si mis mejores días ya pasaron, si los mejores recuerdos de mi vida son los que guardo ahora, o si todo empieza a terminar, si esto es sólo un largo, oscuro y sucio parón tras el que aún queda algo, me gustaría creer que sé el camino, pero creo que el camino se volvió demasiado oscuro ante mis ojos y ahora no puedo ver más allá de esto, negro, con lineas blancas.

"Te haces daño por fuera para intentar matar lo que sientes por dentro."

No hay comentarios: