viernes, 23 de mayo de 2014

La necesidad de correr.

¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de correr? De romper con todo, de huir. De hacerse un ovillo con el solitario deseo de que el tiempo pase.
En días me busco, en días me encuentro y en días me suicido...
No me he movido, pero no estoy donde estaba, quiero saber si sigo siendo yo o si me engaño... A veces camino sola, a veces la soledad me acompaña, a veces me río de mí, a veces la risa soy yo...
A veces hablo pero no me escucho, a veces escucho pero no puedo hablar, a veces me callo, y mi conciencia me escupe venenos.
Y todo porque a veces quiero ser yo, pero a veces me niego, y entonces sufro, y mi corazón hecho papel y lapicero escribe renglones desesperados...
Mis ojos lloran arena, mi alma huye perseguida por mí misma, mi sangre acaricia la esperanza y al tocarla se hace costra.
Busco mis manos para protegerme pero son de humo, un humo podrido desdentado y yonqui.


jueves, 22 de mayo de 2014

Soy.

Soy cada uno de los lugares en los que he estado, soy los caminos que me quedan por recorrer, soy los puentes que dinamito cuando me marcho, si tengo que volver ya volveré por otro lado...
Soy un sueño en el que tengo una pesadilla por no poder soñar.
Soy lo que me hace llorar, y cuando lloro soy yo, cada una de mis lágrimas.
Soy los espasmos de un coño sin agujero.
Soy la tristeza de un dedo a oscuras.
Soy una niña desesperada buscando una cuchilla.
Soy el cartel de aforo completo de un tanatorio.
Soy la resaca de una abstemia de besos.
Soy la lluvia y soy el charco.
Soy la necesidad de que algún día el amor mueva al mundo.
Soy los sentimientos que he perdido esta noche.

viernes, 9 de mayo de 2014

La muerte.

La muerte soy yo, está en mí, me rodea, está a un segundo de mi alma, de las yemas de mis dedos. La puedo sufrir, puedo sumergirme en ella unos instantes y luego salir. La muerte flota en el aire y ni siquiera se esconde.
La muerte está en el llanto de un niño que se cansa de jugar, está en mi ventana, en el cielo, no es fácil de esquivar.
Lucho desde el corazón contra ella. Es un combate continuo de mi vida por evitar que me encuentre con la muerte.
Cuando las fuerzas mengüen y mi alma envejezca llegará un momento en el que no podré soportar el peso que la muerte carga sobre mí.
Es el grito final, el perro que da vueltas a tu alrededor antes de morderte, pero también es la paz, el descanso del guerrero, el final para todos los problemas.

Báilame el agua.