sábado, 25 de enero de 2014

Te quiero y te odio, puede que seas mi tumba, pero siempre serás mi hogar.


Esto es una sincera declaración de amor hacia ti, hacia tus calles que me vieron crecer, reír, llorar de rabia y de dolor, que me vieron enamorarme, odiarme, follar por amor y por puto sucio y hermoso vicio, drogarme, mutilarme y pelearme, una declaración de amor hacia ti y tus frías y excitantes calles, hacia la única ciudad que podría ser la cuna de alguien como yo, tú , asquerosa y putrefacta ciudad que me diste la vida, ahora que no estamos juntas, a ti te declaro amor eterno.

No te he dejado, sólo te he pedido un tiempo, pero no he renunciado a tus calles, las pisaré un día más, sigo enganchada a ellas, como a estas ganas de partir...
Te he maldecido infinitas veces, pero siempre vuelves a enamorarme, sucumbiendo a ti, a tu olor, a ese oscurecer casi sexual, ahí se atrincheran mis madrugadas drogadas y borrachas que gritaban si planeaba dejarte.
Te quiero, y a veces te odio más de lo que podría considerarse sano y cuerdo, pero siempre vuelvo, siempre recaigo en tus calles, donde me espera algo, un beso furtivo, un motivo para seguir esperando, como si estas calles fuesen a devolverme algo...
Tantas veces he caído en tus calles que sonrío si me hundo, invento caminos para volver al mismo lugar, en tus viejas esquinas buscando emociones nuevas...
La niña que fui aún juega en estas calles.
 Pensando si serás mi ciudad definitiva... En está ciudad he aprendido a hundirme y a levantarme, ahora todo lo que quiero es volver a perderme en tus calles, ahí descubrí que puedo ganar perdiendo.
Vuelvo a sentir una emoción vieja y perdida al pensar en volver a amanecer en tus calles, tus carias, esa nostalgia desgarradora de tus helados amaneceres volviendo a casa ante las miradas de miedo y asco.
Trato de no encariñarme demasiado contigo y fracaso, hoy que estoy lejos de ti y te echo de menos, ¿Cómo olvidar el sitio donde tantas veces he nacido?
Volver a quemarme en tus ardientes veranos y a helarme en tus asquerosos inviernos.
Te confieso que pese a todo me cuesta abandonarte, aunque te odie cada vez que me prometes cambios y tus calles sigan escupiéndome lo mismo de todos estos años, tú y yo aún tenemos cuentas pendientes, llevas impregnada mi inocencia en cada uno de tus callejones.
Arañas mi piel desgarrada, ojalá nuestro amor lleve a algo o me veré obligada a romper con esta historia que me tiene atrapada a tu lado.
He reído en tus mañanas y he llorado en tus oscuros callejones, te quiero y te odio, puede que seas mi tumba, pero siempre serás mi hogar.

No hay comentarios: