martes, 19 de noviembre de 2013

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Todo me sabe a poco desde lo nuestro, lo saben bien las chicas con las que puedo y no me acuesto, y sobre todo lo sabe la chica con la que ahora me acuesto.
El golpe de suerte de conocerte y perderte me dejó ko.
Odio esta manía de vivir sobre el ritmo de los latidos, he derrotado a mis ganas de desaparecer poniéndole unas rayas que olían a desesperación, sale caro rebajarse tanto, pero más me rebajaría aceptando 2 besos en la cara, tenerte cerca de esta forma debería ser delito.
No olvidaré que si no te dejaba por nada era por porque sabías vivir desnuda bajo mis tormentas, ahora no entiendo esta mierda.
La ría huele a decenas de cadáveres...
Me arrepiento de haberte dicho que tú me bastabas como excusa para existir, porque ahora no te tengo y debo seguir haciéndolo, por mí, no por ti.
¿Ahora quien correrá por los lugares que tu alma soñó?
Qué bien domabas a mis ganas de suicidarme, hasta me trasmitías ganas de volver a sonreír de nuevo...
Ahora sólo soy la dueña de un imperio de polvo y ceniza.
Ahora sólo puedo sentirme completamente idiota diciéndome, levántate, no temas...
Grité en el silencio de nuestra despedida, como si algún grito evitara que fuese definitiva.
Mientras te ibas vi a mi vida agarrada a la pierna con la que me diste la más triste patada.
Esta vida me parece inhabitable sin ti...

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