martes, 21 de octubre de 2014

Autolesiones.

Me autolesiono desde los 12 años, aunque la primera vez fue con 9 no lo hice de forma regular hasta los 12.
Cortes, heridas, pinchazos, quemaduras...
Lo hice de forma regular desde los 12 a los 16, podía pasar de semanas incluso meses sin provocarme una sola herida a semanas en las que me mutilaba cada noche.
A los 16 años dejé de hacerlo, no sé muy bien cual fue el motivo, no tuve una revelación ni un cambio drástico y a mejor en mi vida que me aparto de ello, simplemente dejé de hacerlo, tan sencillo como eso. En los últimos 4 años creo que lo he hecho 2 veces más, la última hace un par de semanas.
La razón de hacerlo hace unas semanas fue la misma que la de la primera vez a los 9 y la misma que me llevaba a ella desde los 12 a los 16.

Quien se autolesiona no quiere morir, no se quiere suicidar ni quiere llamar la atención, ni lo hace por el placer de la herida (que lo produce) lo hace porque necesita que el dolor salga fuera.
Cuando lo hacía estaba como una puta cabra, (no ha mejorado mucho la cosa) perdidísima, dejada, abandonada, librando una lucha cuerpo a cuerpo contra mí misma, me convirtieron en eso y yo les dejé, asumo mis responsabilidades en todo esto, pero una niña de 12 años no llega a las autolesiones sola o por aburrimiento. Era una niña de 12 años maltratada que fui empujada a ello, escapando de un sentimiento de culpa hacia los insultos, las amenazas y las palizas de la que era victima y no responsable, ojalá en ese momento hubiese sido consciente de esto último.

Por primera vez puedo decir que no lo necesito, o casi, he vivido los últimos años asustada, con miedo de mí misma a volver a ello, a volver a hacerlo y verme otra vez atrapada por todo eso, las mismas noches, el mismo silencio que venía justo después de las heridas.
Pero puedo decir que creo no necesitarlo, porque de vez en cuando aún tengo esos ataques de pánico en los que siento que mi vida entera se me va a salir por la boca, esos agujeros que me tragan, esos momentos en los que conseguir respirar es una tortura, que sientes como el pecho se te abre de arriba abajo cortando como cristales, esos ataques que me llevaban a las autolesiones, como hace 2 semanas... y después de hacerlo no sentí nada, por primera vez no sentí nada. Esa sensación de paz, de liberación del dolor, de volver a respirar, de volver a sentirme humana... Nada. Sé que suena contradictorio que no sentir algo que te aleja del dolor sea algo bueno, pero en este caso lo es, aunque no consiga salir de esos agujeros que me tragan. Y esas sensaciones eran las que me hacían volver a las autolesiones en el siguiente ataque. No sé si calificarlo como ataque es lo correcto, creo que lo que más se le acerca es morir en vida.
Nada de todo eso, nada que me haga volver a los cortes, las quemaduras... NADA.
Por eso puedo decir que no lo necesito, que no tengo razones para volver, y que ahora mismo no soy esa niña con ese desolador sentimiento de culpa que me hacía volver una y otra vez, y también que no hay nada que un bote de prozac no cure.

Quien ha pasado por lo mismo sabe a lo que me refiero, esa visión de todo absolutamente oscura y siniestra, como llenas el vacío con heridas, sangre, alcohol, demasiados gramos de demasiadas cosas, como cada vez que ves algo punzante te preguntas a ti misma si eso te podría valer, cómo sería la herida que podrías causarte, qué tipo de marca dejará y dónde podrías esconderlo.
Los putos trastornos emocionales, las cientos de noches sin dormir, los vómitos, las toallas manchadas de sangre escondidas y tiradas a la basura, las lágrimas de absoluta desesperación... Cómo desconectas de tu cuerpo, que se ha convertido en un arma.

Ya no tengo miedo a hablar abiertamente sobre esto, "esto" es como lo llama todo el mundo porque les da como cosita llamarlo por su nombre, no vaya a ser que a la zumbada esta se la vaya la cabeza. Ya no me supone un problema hablar sobre ello, ya no escondo los brazos ante las miradas condescendientes y morbosas, ya no es más grande que yo, ya no me avergüenzo porque ya no me gana. La sociedad quiere hacerme responsable por hacerlo, quiere que sienta miedo a decirlo abiertamente, que sienta vergüenza, que sienta asco de mí misma. En el instituto una profesora me recomendó que no utilizase manga corta "por mi bien". Y esa es solo una de las miles de mierdas que he tenido que tragar por "mi propio bien" y creía que era cierto, que tenía que sentir vergüenza por "odiarme tanto", asco, ya no.
No puedo hablar de ello porque soy una perdedora, y lxs perdedorxs no podemos alzar la voz y decir estuve aquí y no siento asco por mí ni me avergüenzo. La sociedad quiere que lo haga, pero yo soy más punkarra que todo eso, y a todxs esos que esperan que sienta vergüenza y asco les mando a tomar por culo, con todas mis cicatrices.

Esa parte punkarra de mí es la que me dice, enseña los dientes a las miradas de condescendencia y asco.
Soy más grande y fuerte que todo eso y toda esa asquerosa gente que cree poder mirarme por encima del hombro como si me perdonasen la vida.

No podemos consentir que nuestro cuerpo sea nuestro enemigo.

1 comentario:

Julia dijo...

Hola, Diane. Me gusta lo que escribís...siento tu fuerza, y a pesar de que no intentes que suene bien, para mi es hermoso leer a un ser que se expresa tal y como es. Comprendo (o creo que lo hago) el dolor, me siento bastante identificada con lo que leo acá. Creo que muchos sentirían lo mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=FhuDii1Dv8Y
Te dejo para que escuches.

"
Decís que tengo la cabeza llena de pájaros. Y tenéis razón. Miles de cuervos negros tienen por hogar mi cerebro. Tan distinguidos huéspedes me traen problema a diario. La convivencia es dura, que cuando están nerviosos destrozan lo que encuentran a su paso. Los platos rotos los pago yo. Con todo y por eso, espero que sigamos siempre juntos. Que cuando están tranquilos recrean mi vista y mis oídos, y puedo ver que ellos han visto mucho mas que yo… Lo huelo en su mirada que tiene el brillo inconfundible de aquellos que comprenden lo que puede ser y lo que es. Observo su plumaje, tienen el negro como único color, para expresarse tal y como son. Y aunque apenas vuelen, cuando lo hacen remueven mi interior. Estoy enamorado de hoy, por eso espero que sigamos siempre juntos. Prefiero mis pájaros que vuestras jaulas"