viernes, 9 de mayo de 2014

La muerte.

La muerte soy yo, está en mí, me rodea, está a un segundo de mi alma, de las yemas de mis dedos. La puedo sufrir, puedo sumergirme en ella unos instantes y luego salir. La muerte flota en el aire y ni siquiera se esconde.
La muerte está en el llanto de un niño que se cansa de jugar, está en mi ventana, en el cielo, no es fácil de esquivar.
Lucho desde el corazón contra ella. Es un combate continuo de mi vida por evitar que me encuentre con la muerte.
Cuando las fuerzas mengüen y mi alma envejezca llegará un momento en el que no podré soportar el peso que la muerte carga sobre mí.
Es el grito final, el perro que da vueltas a tu alrededor antes de morderte, pero también es la paz, el descanso del guerrero, el final para todos los problemas.

Báilame el agua.

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