jueves, 28 de febrero de 2013

Despentes

El punk-rock es un ejercicio a través del cual se dinamitan los códigos establecidos, especialmente los del genero.
Aunque sólo sea porque nos alejamos, físicamente, de los criterios de la belleza tradicional. Cuando me internan en un psiquiátrico, a los 15 años, el psiquiatra me pregunta por que me empeño en afearme hasta ese punto. Me alucina que tenga el morro de preguntarme eso, cuando yo, con mi cresta roja, mis labios pintados de negro, mis medias blancas de rejilla y mis botas militares me encuentro superchic.
Insiste: ¿Acaso tiene miedo de ser fea? Me dice que tengo los ojos bonitos. Yo ni siquiera entiendo de que diablos me habla. ¿Acaso el se siente sexy con su traje de chaqueta de mierda y sus 4 pelos en el cráneo?.
Ser punkarra implica forzosamente reinventar la feminidad por que se trata de estar en la calle, mendigar, vomitar cerveza, esnifar coca hasta caerse al suelo. que te atrape la policía, bailar el pogo, beber por un tubo, aprender a tocar la guitarra, llevar la cabeza rapada, llegar todos los días a casa pedo, saltar como una loca en los conciertos, cantar en el coche himnos supermasculinos con las ventanillas bajadas, ir a las manifestaciones con pasamontañas y lista para darte de hostias...
Virginie Despentes - Teoría King Kong.

Leer a Despentes es como meterte en una pelea a las 5 de la mañana hasta el culo de cerveza, es apretar los dientes hasta que te sangra la boca para acabar escupiéndole la sangre en la cara a tu peor enemigo. Arriesgado pero jodidamente divertido.
Todo el mundo debería leer a Despentes al menos una vez en la vida, y si es una mujer aun más, debería ser tu literatura de cabecera, no todo es de color de rosa ni esto es sexo en nueva york, ni todas necesitan un príncipe que las rescate en cada uno de sus pasos, algunas decapitarán a ese príncipe para beberse su sangre.
No necesitamos más libros sobre vampiros y si más mujeres como Virginie Despentes.

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